¿Por qué estudiamos la Biblia?

Hace mucho tiempo, aproximadamente dos mil años, existió un hombre, cuando este era niño, fue educado con formación judía, y crecía en sabiduría y en estatura, en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2:52), este hombre se llama Jesús, nació en Belén de Judea, pero era conocido como Nazareno, por que vivía en Nazaret. Un día este hombre, al cual considero el salvador, redentor y dueño de mi vida, por lo tanto es Dios y Señor mío, discutía con ciertos hombres llamados Fariseos, los cuales tenían ese título por que eran hombres que estudiaban, sabían y pretendían llevar su vida al pie de las Escrituras, Él les decía, que escudriñaran las Escrituras, por que parecía que en ellas tenían la vida eterna (Juan 5:39).

Desde el principio de la humanidad el hombre siempre ha procurado tener una vida longeva, y algunos han llegado a ser tan ambiciosos que recurren a muchos métodos para alargar sus días en la tierra e incluso intentan poseer la vida eterna. Estos hombres, llamados fariseos, buscaban obtener la vida eterna, a través de las buenas obras y obediencia a las Santas Escrituras, conocida también en nuestros días como la Biblia, la Palabra de Dios. Este hombre, llamado Jesús, les mostraba y les comprobaba que él mismo era el hijo de Dios y el mesías que tanto esperaba el pueblo de Israel.

Los fariseos tenían conocimiento de estas profecías, ya que ellos eran los que se encargaban de estudiar con denuedo las sagradas escrituras, pero al llegar ese día, cuando el Hijo de Dios, el Mesías, se presentó ante ellos, no le reconocieron, lamentablemente le despreciaron, y una vez más el les exhortó a estudiar las escrituras, ya que en ella se encontraban todas las respuestas que ellos buscaban para alcanzar la vida eterna, esta vida esta en Jesús, el Hijo de Dios, el Cordero Santo de Israel.

Un día con gran desesperación, Jesús les dijo a los fariseos que no creían en Él, que las Escrituras daban testimonio de Él (Juan 5:39), que ellos podían comprobar, en base a sus conocimientos que el momento del Mesías había llegado y que lo tenían entre ellos, pero entre sus erróneos pensamientos, ellos esperaban algo más espectacular e impactante de ese Mesías profetizado desde el inicio de los tiempos.

Existieron personajes muy importantes que nos muestran esta verdad una y otra vez, el apóstol Pablo, lo mencionó, enseño y exhortó en muchas ocasiones, indudablemente, cada que mencionaba su testimonio, testificaba que Jesús es el Hijo de Dios y que las sagradas escrituras lo mencionan muy claramente.

Al creer en que Jesús es el Hijo de Dios, y aceptarle como nuestro único y suficiente Salvador, le reconocemos como Señor de nuestras vidas y dueño de nuestra existencia y de nuestro ser, es en ese momento cuando declaramos que ya no vivimos mas nosotros, si no que, ¡¡ahora Cristo vive en nosotros!!

En la Biblia encontramos la comprobación y confirmación de esto, la primer mención que se hace de Jesús la encontramos en el libro de Génesis 3:15, donde nos dice que Jesús vencerá a toda potestad en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, tal y como lo hizo al resucitar de entre los muertos al tercer día de ser sepultado (Hechos 10:40; 1ª Corintios 15:4), y que al igual que Él, nosotros guardamos la esperanza y la seguridad de que así como Dios le dio poder a Jesús para tomar y entregar su vida, así también un día nosotros seremos resucitados y transformados por el Poder del unigénito del Padre, el Justo, redentor de nuestras vidas, para la gloria y honra de su nombre.

En este mismo libro, la Biblia, encontramos las instrucciones precisas para obtener la vida eterna y la prosperidad de nuestras vidas en esta tierra, es por eso que estudiamos la Biblia, por que es ahí donde encontramos el propósito por el cual fuimos creados. Y en esta forma también conocemos a Dios, a ese ser supremo del que todos mencionan pero que muy pocos tienen el valor de conocer, en el libro de Hechos, capítulo 17 en el verso 24, se da la descripción de Dios para nuestras vidas, el Dios que hizo el mundo, y todas las cosas que en el hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues Él es quien da vida a todos vida y aliento y todas las cosas (Romanos 11:36).

A ese Dios, del cual se habla en toda la Escritura es al que damos honra y gloria y por Él estudiamos la Biblia, y haciéndolo encontramos que Dios nos hizo y a todas las cosas para su propia gloria, es por eso que debemos darle honra y gloria, por que Él es el creador de todas las cosas y nosotros somos hechura de Él, es así como buenas creaturas que damos nuestra alabanza y adoración a su nombre, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo de Dios (Isaías 43:7).

Para muchos de los que reconocen a Dios como su creador y tienen el valor de vivir conforme a Él le agrada, buscan el glorificar a Dios, pero no saben como hacerlo, es por eso que estudiamos la Biblia, por que en ella encontramos un instructivo exacto de lo que se tiene que hacer y la forma correcta para hacerlo. En 1ª Corintios 6:20 y en Romanos 15:6, encontramos la forma adecuada para glorificar a Dios. Lo debemos hacer en vuestro cuerpo, cuidando de él, y en vuestro espíritu, manteniéndolo siempre despierto y atento a su voz, todos juntos, unánimes, de ahí que es importante asistir al templo para que juntos, como un solo cuerpo, alabemos y glorifiquemos el nombre de nuestro Padre Celestial.

Al estudiar la Biblia, nos damos cuenta que todos los temas están incluidos en ella, hay libros de historia, de romance, de poesía, de profecías, de buenos principios y valores, instrucciones exactas y precisas con las mejores recomendaciones y los más útiles consejos, libres de error, para llevar una vida saludable, asentada en la felicidad y segura de tener comunión con el Padre Celestial.

En muchas ocasiones, la gente reconocerá la existencia de Dios, pero no está dispuesta a glorificarle, estudiando la Palabra de Dios, nos damos cuenta de que, es una obligación de cada ser humano, así como el comer y el dormir; y todo aquel que acepta a Jesús como su Salvador, está aceptando el sacrificio que hizo Jesús en la cruz del calvario por sus vidas, y así, comprar a precio de sangre nuestras vidas, limpiándonos de todo pecado y maldad y haciéndonos merecedores de nuestra entrada en el Reino Celestial (1ª Corintios 6:20).

Mucha gente cree que se pueden tener varios Dioses, es por eso que estudiamos la Biblia, para saber a cuantos Dioses tenemos que adorar, y su Palabra nos dice que solamente hay un Dios, un solo Padre, Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Es a este Padre, a este Dios a quien debemos adorar, solo a Él (Efesios 4:6), Jesús también enseño esto, en Mateo 4:10, nos muestra que Él tenía conocimiento de las escrituras y que las llevaba al pie de la letra, obedeciendo en todo y por todo.

¿Por qué debemos estudiar la Biblia? Pongámoslo en práctica y pidamos a Dios disciplina para estudiar su Palabra, que nuestra mayordomía nos lleve a un crecimiento real y significativo de su palabra y de su intención para nuestras vidas, en el nombre de Jesús, ¡amén!