Nuestra realción con el mundo

     En muchas ocasiones escuchamos el sermón del domingo y constantemente escuchamos que debemos permanecer alerta y con los ojos bien abiertos a lo que el mundo nos ofrece, es una gran verdad, pero también puede ser un tiempo de ignorancia, en qué sentido, en el hecho de que no ignoramos que es lo que pasa, si no que ignoramos la advertencia a propósito, por que llegamos a decir que si tenemos errores en el mundo o si tenemos aflicciones, o si tenemos problemas y lo que sea que digamos, siempre nuestra justificación es por que no conocemos al mundo, pero qué tan cierto o incierto es.

     La verdad es que en el mundo tendremos muchas adversidades, dudas, incognitas sin resolver, y de vez en cuando aparecerá un "misterio" que nos haga pensar, que nos haga investigar sin encontrar solución, pero también tendremos muchas satisfacciones, grandes momentos, que parecerá que gracias a esos grandes momentos vale la pena vivir, vivir para seguir esperando a que llegue otro gran momento, buscamos personas con las que podamos vivir esos grandes momentos, personas con las que valga a pena esperar a que esos momentos lleguen, incluso les ponemos nombre, los hacemos llamar amigos, después, con el tiempo aprenderemos a encontrar satisfacciones en el trabajo, en el hogar, en el trayecto a nuestras obligaciones, etc., lo lamentable de esto, es que todo eso es pasajero y mientras no tengamos esos grandes momentos, comenzamos a buscarlos obligadamente, y sin darnos cuenta seguimos las sugerencias de propios y extraños, tan no lo percibios, que llega el momento en el que nos encontramos enrolados en lo que menos imaginamos, y en algunas veces, hasta "metemos la pata".

     En mi corta vida, en mi corta experiencia, he buscado, igual que muchos, el hilo negro de la vida, por momentos llegué a creer que lo tenía en mis manos, pero al poco tiempo, se desvanecía, hasta que conocí del amor de alguien, el amor que me ayudaría a entender en que consiste ese "hilo negro". El amor de alguien llamado Jesucristo, algo que no es pasajero, siempre y cuando estemos deacuerdo en hacer lo mínimo indispensable para conservar esa relación con Él.

     Elsacrificio que Jesús hizo en la cruz por mi, fue la máxima expresión de AMOR, por que el que ama, da su vida por sus amigos, fue así como entendi que si existía un MOMENTO que no pasaría como todos los demás, un momento que declararía y aclararía todo el misterio del tiempo en este mundo, pero precisamente eso, el MUNDO, podría ser confunso en sus muchas ideas, en sus muchas filosofías, en sus muchas teorías, en sus muchas conquistas.

     La Palabra de Dios en Lucas 9:24 y 25 nos pregunta cuál es el sentido de que el hombre se gane al mundo y todo lo que hay en él, si al final pierde su alma. Es una pregunta con un gran reto en la respuesta, ahora yo me pregunto, ¿qué es la vida de un hombre, comparado con la eternidad? en la palabra de Dios he encontrado una respuesta, en la que he puesto toda mi FE, y su fuerza es tan grande, que puedo sentir a Dios mismo hablándome a través de ella.

     Entonces, ¿qué relación tenemos con el mundo?, ¿es acaso tan delirante el esfuerzo que hacemos por alcanzar las vanalidades de este mundo, que no nos damos cuenta que dejamos de invertir en nuestro hogar eterno? La Biblia, La Pañabra de Dios, nos exhorta en diferente formas acerca de esta situación, de cómo nos relacionamos con el mundo, en primera instancia podemos ver que:

a) Estamos en el mundo. Como somos de carne y sangre, vivimos en este planeta y por eso estamos en este mundo (2 Co. 10:3), y aunque tengamos las mismas pasiones y deseos que cualquier ser humano, no vivimos conforme a esas pasiones, esto es, que no por que tengamos un cuerpo de humano, vivamos como cualquier ser humano, exclavo de nuestras pasiones y concupisencias, ya que no somos de este mundo, por que el que hace amistad con el mundo se constituye enemigo de Dios (Stg. 4:4). Jesús siempre dijo que su reino no era de este mundo, así que si nosotros a paritr de aceptarlo como nuestro único y suficiente salvador, pasamos a ser parte de su reino, entonces, de igual forma dejamos de ser de este mundo.

     No debemos conformarnos a este mundo, tal y como lo aconsejo el apostol Pablo (Ro. 12:2), debemos seguir constantemente en la busqueda de la voluntad del Padre, sin perder de vista la Palabra de Dios, en esta forma, evolucionaremos sin dejar nuestra escencia a un lado y podremos estar en este mundo, pero sin pertenecer a él. En esta forma evitaremos amar a este mundo y aún las cosas que hay en él (1 Juan 2:15-17). Esto se puede lograr más facilmente si crucificamos nuestro cuerpo pecaminoso, ¿cómo se logra hacer esto?, creyendo, teniendo fe, sabiendo que al haber acaptado a Jesús como nuestro Salvador, nuestro viejo hombre, nuestros deseos pecaminosos y pasiones, fueron crucificados juntamente con Él (Ro 6:6).

b) El mundo jamás nos verá con buenas intenciones. En cierta forma, existe una constante de rechazo del mundo para nosotros, la Palabra de Dios nos recuerda que el mundo aborreció la Palabra de Dios, que venía con el más grande mensajero, el Hijo de Dios (Jn. 17:14), y nosotros por haber creido en esa palabra, también llegamos a ser aborrecidos por el mundo, por ese mundo que no acepta y aborrece la Palabra de Dios, clara, fiel y verdadera. Incluso el apostol Juan nos lo recuerda y nos hace consientes de eso (1 Jn. 3:13). Se encuentran muchas formas en la Palabra, donde nos deja claro, como es que el mundo es una prueba constante y que estamos aquí para crecer, crecer espiritualmente, darnos cuenta de que somos eternos y que ete mundo pasará, algún día dejará de ser, pero que mientras eso no suceda, este mundo nos persigue (Jn. 15:20), Jesús nos recordaba constantemente que su revelación del Padre, es algo que el mundo dificilmente comprendería, y que gracias a eso, los que aceptaran su palabra también nos iban a aceptar, pero los que no la aceptaran, nos iban a perseguir.

     En la actualidad, al mundo le es mas facil alejarce de la verdad o de los que tienen la verdad, que no se dan cuenta que también lo hacen de la gente que la predica, pero llegará el tiempo, en el que esa verdad cobre nueva fuerza y sean cumplidas todas las cosas que están dichas para tiempos postreros, así como se han cumplido las que hace miles de años, estaban anunciadas y pocos aceptaron. En base a eso, el mundo se crea especulaciones de lo que pueda existir en un futuro, la ciencia intenta marcar un futuro y una idea de vida, pero dificilmente aclarará el misterio de Dios y su existencia, por que Dios es amor, no es teoría, no es teorema, no es ecuasión, no es entendible a nuestras finitas mentes. Es por eso que existirán muchos que hablarán por Él, sin ser enviados por Él, solo creyendo en que pueden tener una idea de lo que es verdad (1 Jn. 4:1)

     Ahora, ¿cómo vencer a ese mundo tan cambiante, tan imperante, tan demandante, tan dificil de ignorar?, la tarea es sencilla si se acepta la idea de que no formamos parte de este mundo, si no que nos encontramos en un proceso de aceptación, de purificación, de aprendizaje, un tiempo en el que debemos entender y ejecutar la idea que todos somos parte de lo mismo, de Dios, todos venimos de Él, una vez aprendida y ejecutada la idea de Amar a Dios con todas nuestras fuerzas, nuestra mente y corazón, y que a partir de Él podemos amar a nuestro prójimo como parte de una familia, entonces encontraremos el sentido de Dios para nuestras vidas y podremos aprender el cómo, para vencer y evolucionar en nuestro propósito divino, propósito espiritual, propósito original (Jn. 16:33; 1 Jn. 5:4-5).

    Así es como entendemos, que nuestra evolución en este mundo, es espiritual, un aprendizaje en Dios, un aprendizaje en el Amor, no dejemos que las vanalidades que ofrece este mundo, nos llene de ambición ciega y gozo temporal, busquemos la verdad y vivámosla, así no necesitaremos riquezas de este mundo, por que la riqueza que vale la pena es la que trasciende, no la que se termina con la vida. Bendiciones.